domingo, 22 de mayo de 2011

¿Qué es la Conducta?

La Conducta o Comportamiento es el objeto de estudio de los psicólogos, pero ¿qué es exactamente La Conducta? El término Conducta engloba todo aquello que la persona hace, dice, piensa o siente. Es decir, engloba tanto lo motor y observable, como lo cognitivo (sólo observable por la propia persona) y también aquellas respuestas que están a medio camino entre lo observable y lo encubierto, como son las emociones, que si bien tienen un componente externo y observable (gestos, muecas…), también tienen una parte difícilmente observable (reacción fisiológica acompañante).
Observable y encubierto son adjetivos que ayudan a clasificar las conductas en función del punto de vista de un observador. La única diferencia entre el pensar y el hacer es que mientras lo primero sólo es observable por uno mismo, lo segundo puede ser observado por una audiencia externa. Pero el que algo que hacemos no sea visible al observador (como es el acto de pensar), no quiere decir que aquello sea diferente a cualquier otra conducta o actividad manifiesta. En este sentido, pensar no es más que hablar con nosotros mismos, calcular mentalmente no sería más que una internalización de la conducta de contar con los dedos (paso previo por el que todos pasamos cuando aprendemos a contar). Este es sólo un ejemplo para clarificar cómo tanto lo observable como lo encubierto (lo que ocurre en el interior de la persona, que sólo es observable por él) pertenecen a la misma categoría llamada: Conducta. Todas estas cosas que hacemos para nosotros mismos o ante el resto son Comportamiento. No hay nada que la persona haga, diga, piense, sienta, experimente que no suponga “estar comportándose”. Y puesto que el comportamiento es el objeto de estudio de los psicólogos, todas estas cosas observables y encubiertas, son las que tratamos de explicar.
¿Cómo se puede explicar una conducta encubierta como es el pensamiento?
Es cierto que el psicólogo no puede acceder directamente a lo que la persona se dice a sí misma (lo que está pensando), por ello, no nos queda más remedio que preguntárselo a la persona (porque cada uno sí es observador de sí mismo). Igualmente podemos conocer las reacciones físicas de la persona, preguntándole qué experimenta. Esta manera de evaluación no sería diferente de la utilizada por un médico cuando acudes a su consulta con una serie de síntomas. Los médicos estudian síntomas y los psicólogos conductas, pero en ambos casos, en la mayoría de las ocasiones, hay que recurrir a la información de la propia persona, pues es ésta la que mejor conoce cómo se encuentra y cómo se comporta. Una vez identificados los síntomas (en el caso de los médicos) y las conductas problemáticas (en el caso de los psicólogos) seremos nosotros (médicos o psicólogos) los encargados de proporcionar una explicación de por qué se encuentra así (cuál es su problema de salud) o por qué se comporta así (qué función están cumpliendo esas conductas problemáticas y por qué se mantienen sin que se produzca un cambio pese a generar malestar a la persona). Después de explicados los síntomas médicos y las conductas problema, médicos y psicólogos determinan cuál es la intervención correcta: En el caso de los médicos, la medicación adecuada y en el caso de los psicólogos, la aplicación de unas técnicas o estrategias destinadas a promover los cambios en esas conductas o formas de comportamiento que están siendo problemáticas.
La Conducta como interacción de la persona con el medio que le rodea:
Paralelamente a la definición de conducta como lo que la persona hace, piensa, dice, siente… nos encontramos con que nada de eso que la persona hace, piensa, dice y siente, ocurre en el vacío, sino en un contexto estimular en el que la persona se desenvuelve. Las personas no actuamos porque sí, sino ante algo (que evoca esa acción) o para algo (en busca de una consecuencia positiva o para evitar una consecuencia negativa). No reaccionamos porque sí, sino porque aparece algo que elicita esa respuesta (ej. algo nos asusta, nos despierta una sonrisa, o nos hace pensar). No pensamos sobre nada, sino sobre las cosas de nuestro entorno, por lo que estos pensamientos están relacionados con los estímulos de nuestro medio (los evocadores de esos pensamientos, esas cosas que nos “contamos”). De igual modo, lo que pensamos no siempre nos deja indiferentes, sino que la conducta de pensar tiene una consecuencia: bien llevar a cabo una acción subsiguiente al pensamiento (ponerse a realizar la maleta al tiempo que vas pensando lo que tienes que introducir en ella) o bien reaccionar emocionalmente (alegrarse tras pensar en los sucesos positivos del día).
Como vemos, en términos generales lo que una persona realiza en su entorno es lo que denominamos Conducta. El comportamiento de las personas emerge en la interacción de éstas con su medio o contexto estimular y puede ser analizado en un esquema Estímulo antecedente à Respuesta de la persona à Estímulo Consecuente, dando lugar a cadenas de conductas más y más complejas que pueden ser desglosadas para su estudio.
Al analizar los problemas, los psicólogos desglosaremos las cadenas de conducta de las personas, en busca de esos antecedentes y esos consecuentes relacionados con esos comportamientos. De igual manera se procederá con todo aquello que es encubierto, pues las reacciones internas y lo que la persona se dice a sí misma, también tiene unos antecedentes y puede tener unas consecuencias.

jueves, 5 de mayo de 2011

Las Leyes del Aprendizaje

Las Conductas puede explicarse según unas leyes básicas: las Leyes del Aprendizaje; las cuales han sido demostradas en el laboratorio a través de diseños experimentales que corroboran cómo aprendemos las personas y animales. Estas leyes son puestas en juego día a día en nuestra vida cotidiana y explican cómo en la interacción de las personas con su medio y con los estímulos del contexto (objetos, personas, animales, características de la situación…) se aprenden determinadas conductas que si empiezan a ser repetidas en situaciones similares, pasarán a formar parte del repertorio de conductas de la persona. De esta manera, a través de una primera ejecución y una posterior repetición, una nueva conducta, hasta el momento inexistente en el repertorio de la persona, puede pasar a formar parte de su abanico de comportamientos.
Cuando nacemos disponemos de un conjunto muy reducido de reflejos básicos, a través de los cuales empezamos a explorar y a conocer nuestro mundo estimular. En esa interacción del bebé con el medio, empiezan a aparecer las primeras conductas, que pasarán a ser reforzadas o castigadas en función de las consecuencias que se obtenga a través de ellas. Cuando una conducta obtiene una consecuencia positiva (“Refuerzo”)  <<Ej. Llorar porque se tiene hambre y recibir alimento>>, aumenta la probabilidad de que se vuelva a emitir. Por el contrario, cuando una conducta obtiene una consecuencia negativa (“castigo”)  <<Ej. Meter los dedos en un enchufe y sufrir un chispazo>>, se reduce la probabilidad de que se vuelva a emitir.  En esta interacción constante de la persona con el medio, se empieza a desarrollar el repertorio básico de conductas de cada persona, que será único y diferente para cada cual, pues estará en función de las experiencias de aprendizaje a las que esa persona haya estado expuesta. Este aprendizaje continúa durante toda la vida de la persona. A lo largo de este transcurso vital, el ambiente cambia y la persona se expone a consecuencias diversas. Como resultado, las conductas de la persona se consolidan, se modifican, algunas se eliminan o se aprenden conductas nuevas que satisfacen y nos permiten adaptarnos a las demandas que nos plantea nuestro entorno.
Detrás de todo este proceso de aprendizaje, consolidación, modificación y eliminación de los comportamientos humanos, están las leyes del aprendizaje que son las que los explican y los hacen posibles. Del mismo modo que las leyes de la física están ahí, nos rodean y ejercen su efecto lo queramos o no, las leyes del aprendizaje también operan favoreciendo o dificultando la adaptación de la persona a su medio.
¿Cuáles son las Leyes del Aprendizaje?
Se trata de leyes asociativas que aluden por un lado al modo en que dos estímulos se asocian entre sí de modo que ambos eliciten la misma respuesta (Ej. Si un bebé siempre recibe cariño de su madre, el estímulo “madre” adquiere la capacidad de elicitar las mismas emociones positivas que elicitan las caricias) y por otro lado, al modo en que ciertas conductas se asocian a unas consecuencias positivas o negativas (como las anteriormente aludidas). El tipo de asociaciones que se producen puede ser muy complejo y puede generalizarse a estímulos y situaciones diferentes, lo que posibilita y explica que la conducta humana pueda ser realmente compleja y elaborada. El lenguaje aquí introduce otro factor de complejidad y riqueza. No obstante, pese a lo compleja y variada que pueda ser la conducta humana, TODOS los comportamientos responden a las mismas LEYES básicas.