domingo, 24 de julio de 2011

Reino Unido como modelo de integración de la Psicología en la Sanidad Pública

En 2008 el Ministro de Sanidad británico, Ivan Lewis, anunciaba la incorporación de los tratamientos psicológicos en los servicios de Atención Primaria del Sistema Nacional de Salud británico, a través de la puesta en marcha del Programa Improving Access To Psychological Therapies (IATP). Este programa perseguía facilitar el acceso de la población general a recibir tratamiento psicológico para disminuir la prevalencia de problemas de salud mental que en ese momento estaban colapsando los servicios de Atención Primaria, de manera directa o indirecta (se ha demostrado que los problemas de muchos pacientes que acuden a consulta por quejas somáticas, dolor crónico, dificultades para dormir, cefaleas, tensión muscular  etc., tienen un problema de depresión o ansiedad asociado).
Con la incorporación de la intervención psicológica a la Atención Primaria, el gobierno del Reino Unido pretendía, no sólo eliminar las barreras de acceso a tratamiento psicológico (que al no estar integrado en la sanidad pública no se encontraba al alcance de todos), sino luchar contra el estigma asociado a la enfermedad mental  y proporcionar un tratamiento más ajustado a una gran variedad de problemáticas comunes en la Atención Primaria para las que los tratamientos psicológicos han mostrado una alta eficacia y eficiencia y una mayor efectividad que el tratamiento farmacológico convencional.  
La necesidad de realizar esa reforma fue en su momento abalada por un informe realizado en 2006 por el grupo We Need to Talk ("Necesitamos Hablar"), que reunía a diversas organizaciones de salud mental del Reino Unido. Este informe ofrecía datos que señalaban las ventajas económicas y sociales de determinadas terapias psicológicas y remarcaban la necesidad de la población de recibir otro tipo de atención sanitaria menos medicalizada, más humanizada y sobre todo, más ajustada a muchos de los problemas por el que las personas comúnmente acudían a consulta.
Para lograr esa intervención más ajustada se hacía necesaria la incorporación de la Psicología a la Atención Primaria y se requería una reforma en el Sistema Nacional de Salud, donde se entendiera la salud mental como una cuestión de primera necesidad, digna de ser tenida en cuenta en las consultas de Atención Primaria.
En 2008, dos años después de la presentación de este informe, el estado británico, apoyándose en los estudios realizados por prestigiosos equipos de investigación , entre los que se encontraba el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (The National Institute for Health and Clinical Excellence; NICE), impulsó finalmente la reforma de su Sistema Nacional de Salud. Estas reformas han tenido hasta el momento un gran éxito y deben considerarse un modelo a seguir y algo a lo que deberíamos aspirar en España. Ya en aquel momento el Ministro de Sanidad británico dijo en relación a las reformas que iba a asumir: “Creo que se trata del avance más importante para los servicios de salud en esta generación".
En 2010 el gobierno de David Cameron, anunció sus planes de continuar invirtiendo en ayudas económicas para el Programa Improving Access To Psychological Therapies (IATP). Teniendo en cuenta que corren tiempos de crisis, la decisión de mantener la inversión en salud mental y en la incorporación de la psicología en la AP es una noticia muy positiva, que vino abalada, como en su día reconoció el Ejecutivo británico por los exitosos resultados que está obteniendo la implantación del Programa  (IATP) y la gran satisfacción manifestada por parte de los usuarios de los servicios de salud de este país”.  Los datos de los estudios fueron publicado en la revista British Journal of Clinical Psychology, (Richards y Suckling, 2009).
El último paso dado en relación a la implantación del Programa IATP fue la publicación el pasado 25 de mayo de 2011 por parte del Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica del Reino Unido (National Institute for Health and Clinical Excellence, NICE) de una Guía sobre los trastornos de salud mental más comunes en la población. Esta guía está dirigida a los profesionales de Atención Primaria y ofrece recomendaciones, avaladas por la evidencia científica, sobre la atención y el tratamiento de adultos que presentan diversos trastornos de salud mental, como depresión, ansiedad generalizada, trastorno de pánico, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de estrés post-traumático y fobia social.
Puesto que los problemas de depresión y de ansiedad constituyen uno de los principales objetivos de abordaje dentro de estos servicios (siendo el motivo directo de consulta o por estar asociados a otras patologías), se incluye protocolos de evaluación y de intervención, así como se establecen los criterios que deben tenerse en cuenta para la derivación a otros servicios de tratamiento más especializados (consultas de la especialidad de Salud Mental). Un aspecto importante y muy positivo de la Guía es que también dispone de una versión especial para pacientes y cuidadores.
Tal y como se señala en el texto de la guía, la escasa formación en aspectos específicos de salud mental por parte de los profesionales de Atención Primaria (con formación médica), supone una importante barrera para la administración del tratamiento adecuado a las personas afectadas por problemas de salud mental frecuentes. Esto ha venido desde el pasado implicando importantes costes para el sistema sanitario (aumento de las visitas al médico, cronicidad del trastorno, riesgo de recaída, etc.), no sólo en el sistema de salud británico sino en el de la mayoría de los países que no han sabido otorgar a la intervención psicológica el importante papel que juega en lo que a salud se refiere. Entre estos países aún se encuentra España.
La Guía realizada por NICE, hace énfasis en lo esencial de la identificación temprana de los problemas de salud mental subyacentes a cualquier motivo de consulta en AP, así como en la intervención temprana, que minimice el riesgo de complicación de la patología que presenta el paciente.
La Guía puede consultarse y descargarse de manera gratuita desde el siguiente enlace:


Después de esta exposición del panorama de la Sanidad Británica, me gustaría insistir en la importancia de tomar estas iniciativas como modelo al que deberíamos aspirar en aras de mejorar la respuesta a los problemas de SALUD de las personas, entendiendo la salud como una condición física y psicológica global, en la que ambos aspectos juegan un papel igual de prioritario y se repercuten mutuamente. Una adecuada intervención en salud nunca debería dejar al margen la atención/intervención de ninguno de estos dos aspectos, puesto que ambos son igual de primarios.  Bajo esta premisa, la Atención Primaria queda coja cuando no contempla alguno de estos componentes, como es aún el caso de España, en donde todavía no se ha incorporado la atención psicológica en la AP.
Una AP que realmente integre lo físico y lo psicológico debería adaptar el tratamiento a las necesidades de cada caso. Esto supone que cuando el problema sea principalmente de carácter psicológico, el tratamiento de preferencia nunca debería ser de tipo farmacológico (pues este tratamiento responde a un modelo de abordaje médico, convencionalmente ligado a las enfermedades físicas pero no a los problemas psicológicos y que tan sólo podría funcionar como “parche”), sino de carácter psicológico y a la inversa cuando se trate de un problema físico.
Si ya desde la AP (el primer punto de contacto de las personas con el sistema de salud público) se estuviera en condiciones de proporcionar intervención psicológica básica (como es el caso de Reino Unido), podríamos prevenir el desarrollo o agravamiento de muchas problemáticas y como resultado, ahorrar también mucho dinero y prevenir colapsos en las consultas. El problema es que por el momento, la intervención psicológica es contemplada sólo como una especialidad (como sería la cardiología o la ginecología) a la que el médico de AP deriva sólo cuando la problemática es realmente intensa (puesto que las listas de espera son enormes y los servicios de salud mental están saturados). Pero en tanto en cuanto los problemas psicológicos son muy comunes entre la población, y la salud se ve repercutida por ellos, la respuesta a estos problemas debería darse ya desde el primer contacto con la consulta médica (Atención Primaria) en lugar de esperar que el problema sea la suficientemente intenso (y haya generado ya más problemas añadidos) como para optar por una derivación a la especialidad de salud mental (o mejor dicho, a la lista de espera de Salud Mental).
Referencias:
Richards, D.A. y Syckling, R. (2009). Improving access to psychological therapies: Phase IV prospective cohort study. British Journal of Clinical Psychology, 48, 377-396.


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