Si preguntásemos a la gente si considera la Psicología una profesión sanitaria y a los Psicólogos profesionales cuyo objetivo prioritario es trabajar por la mejora de la salud y el bienestar de las personas, la respuesta mayoritaria probablemente sería SÍ y así se ha demostrado en diversas encuestas realizadas a la población. La Vanguardia ofrecía el 17 de noviembre de 2010 en su edición digital los siguientes resultados a una encuesta en la que preguntaban: “¿Considera usted que los psicólogos deben ser considerados profesionales de la salud?”: El 92% de los 23.331 participantes respondió “Sí, no hay duda, los psicólogos son sanitarios”. En 2006, Redacción Médica, periódico que se ocupa de la defensa de los intereses de los profesionales de la salud realizó otra encuesta planteando si la Licenciatura de Psicología debía ser considerada una profesión sanitaria. En este caso, el 64% de los lectores señalaba que sin ninguna duda los psicólogos debían ser considerados profesionales sanitarios. Un año antes, en 2005, el psicólogo Gualberto Buela-Casal realizó un estudio en profundidad sobre la misma pregunta, encontrando que el 90% de los hombres y el 94% de las mujeres consultados por la encuesta respondían afirmativamente a si consideraban a los psicólogos profesionales de la salud.
Pero… ¿Por qué razón tantas preguntas sobre algo que parece tan obvio?, ¿Por qué poner en duda que el ejercicio profesional de psicólogos pueda enmarcarse en muchos de los casos en el ámbito de la salud?.
Desde que surgió la Psicología como título universitario en España en 1970 y se creó el Colegio Oficial de Psicólogos en 1980, los Licenciados en Psicología que además se hubieran colegiado, pudieron empezar a ejercer legalmente su labor como psicólogos. Desde este momento y hasta la actualidad, la formación recibida por los profesionales de la psicología durante su formación y el ejercicio profesional que venimos desarrollando, ha ido configurado una profesión caracterizada por ser “experta en la evaluación, diagnóstico e intervención sobre el COMPORTAMIENTO de las personas, actuando a nivel individual, grupal, organizacional y comunitario, con la finalidad principal de promover y mejorar el bienestar de los individuos, lo que además puede incidir sobre la mejora de su rendimiento en diversos campos (educativo, laboral, deportivo, seguridad vial...)” (Infocop, 2011). Puesto que además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la SALUD como “un estado de bienestar físico, mental y social, y no la mera ausencia de enfermedad o dolencia”, parece que no habría lugar a muchas dudas sobre si son o no son los psicólogos esencialmente sanitarios. Sin embargo, esta consideración de la psicología como profesión sanitaria, no impediría que muchos de estos profesionales desarrollaran su labor profesional en áreas no sanitarias, pues el comportamiento humano es susceptible de ser estudiado e intervenido en múltiples ámbitos (el educativo, el laboral, el deportivo…). En función de en qué área desempeñe el psicólogo su trabajo, su objetivo último puede ser diferente: incrementar la salud o el bienestar de las personas ayudándoles a solucionar problemas (ámbito clínico y de la salud), incrementar el bienestar o el rendimiento en el trabajo (ámbito laboral), seleccionar los perfiles más adecuados para un puesto (recursos humanos), mejorar los problemas de conducta en el aula de un niño o detectar dificultades de aprendizaje (ámbito educativo)… Aunque en última instancia, en tanto en cuanto lo que busquemos los psicólogos sea favorecer una mejor adaptación de las personas (ya sean niños o adultos) a su entorno (laboral, social, educativo), la salud y el bienestar se verán inevitablemente incrementados.
Según lo visto, no habría por qué poner en tela de juicio el estatus de la Psicología como profesión sanitaria, y así ha sido hasta el año 2003, momento en que entró en vigor la Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS). Esta ley establece cuáles son las titulaciones que pueden cuidar de la salud en España y ser consideradas, por tanto, profesiones sanitarias. En esa fecha se incluyeron como tales las licenciaturas en Medicina, en Farmacia, en Odontología, en Veterinaria y en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, y a las Diplomaturas en Enfermería, en Fisioterapia, en Terapia Ocupacional, en Podología, en Óptica y Optometría, en Logopedia y en Nutrición Humana y Dietética, pero no se incluyó la licenciatura en Psicología. A partir de ese momento sólo se reconocía como profesionales sanitarios a aquellos psicólogos que hubiesen conseguido el título oficial de especialista (PIR, Psicólogo Interino Residente), al que se accede a través de una oposición para la que se ofertan poco más de 100 o 130 plazas, muchas menos de las que serían necesarias para satisfacer la demanda de psicólogos que hay actualmente en el Sistema Nacional de Salud.
Las consecuencias más relevantes de esta ley fueron que de los 44.000 psicólogos colegiados en España en el momento de su aprobación, sólo 3.000 tenía el título de PIR, quedando los 41.000 restantes en situación de desamparo legal, pues aquello para lo que se habían formado, había dejado de estar reconocido por la ley. El ejercicio de la profesión de psicólogo quedó desde entonces en una situación de inseguridad jurídica que ha venido tratando de resolverse a lo largo de estos más de 7 años de debates y luchas enfocadas a regularizar la situación.
Finalmente, el gobierno socialista, tras muchas presiones ha promovido la inclusión de una disposición adicional dentro de la Ley de Economía Social (16 de marzo de 2011), que fue aprobada por todos los grupos parlamentarios en las Cortes Generales y que entrará próximamente en vigor en el Boletín Oficial del Estado (BOE). El texto de esta disposición defiende que “aquellos que posean el título de licenciado en Psicología o alguno de los títulos de graduado en el ámbito de la Psicología adscritos a la rama de conocimiento de Ciencias de la Salud, podrán ejercer actividades sanitarias, siempre que hayan superado los estudios de graduado/licenciado, siguiendo un itinerario curricular vinculado al área docente de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos, o al área de la Psicología Clínica y de la Salud, o bien hayan adquirido una formación complementaria de postgrado no inferior a 400 horas (o su equivalente en créditos europeos), de las que al menos 100, tendrán carácter práctico, vinculada a las áreas citadas”. Esta ley permite a los titulados en Psicología que cumplan los requisitos anteriormente citados solicitar la inscripción de consultas o gabinetes de Psicología en el correspondiente registro de centros, servicios y establecimientos sanitarios, lo que en la práctica, supone un reconocimiento implícito de estos psicólogos como profesionales sanitarios, ya que aquellos titulados que cumplan los requisitos citados pasan a tener legalmente reconocido que pueden realizar actividades sanitarias (entendidas como “el conjunto de acciones de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento o rehabilitación, dirigidas a fomentar, restaurar o mejorar la salud de las personas”, según la definición del Real Decreto 1277/203). Sin embargo, en cuanto a lo que se refiere al ejercicio dentro del Sistema Nacional de Salud, o concertado con éste, sigue siendo requisito indispensable la obtención del título de PIR, al que se accede por oposición. (Puede consultarse el texto de la Disposición Adicional pinchando aquí)
¿Cuál es la situación actual a nivel legal?
La disposición adicional aprobada en marzo de 2011 sienta las bases para el inicio de un proceso de regularización de la Psicología como profesión sanitaria, aunque por el momento el reconocimiento es tan sólo implícito, al permitir la inscripción de los centros de psicología privados como centros sanitarios; algo que por otra parte resulta bastante paradójico (no se recoge aún la Psicología en el registro de profesiones sanitarias, pero sin embargo, los centros en los que trabajan estos profesionales sí pueden inscribirse y reconocerse legalmente como sanitarios, en tanto en cuanto, las tareas que se llevan a cabo en estos lugares, se encuentran entre aquellas descritas por el Real Decreto 1977/203, como “sanitarias”). Si los centros en los que trabajan los psicólogos y las actividades que mayoritariamente llevan a cabo son consideradas sanitarias, ¿por qué poner tantas trabas al reconocimiento de la Psicología como profesión sanitaria?
Está claro que la disposición adicional aprobada en marzo de 2011 es un paso en la dirección deseada, pero aún quedan más pasos por dar en los que las instituciones que representan a los profesionales de la psicología (Colegio Oficial de Psicólogos principalmente, así como otras asociaciones) sigue trabajando. Por lo pronto, el siguiente objetivo general que se ha propuesto, es lograr el reconocimiento de una profesión de “psicólogo sanitario generalista”, que podría tener como denominación “psicólogo sanitario”, a la que se accedería tras cursar el grado de Psicología y un máster oficial en Psicología Sanitaria, que garantizase la formación teórica necesaria, así como un alto contenido práctico, con el fin de que los titularos cumplieran los requisitos exigidos a nivel europeo. Se ha llegado a plantear que este máster oficial también debería ser requisito previo a la obtención del PIR. No obstante, las negociaciones con el gobierno aún persisten, pues existen discrepancias en cuanto a la duración y los requisitos que debe cumplir el máster, así como en el hecho de que éste deba ser consideración indispensable para acceder al PIR (el gobierno no es muy partidario de ello). También se han planteado otras alternativas como la de crear un “Grado sanitario de Psicología” que permita el acceso directo a la profesión de “Psicólogo Sanitario”, no obstante, todo esto debe ser minuciosamente analizado, pues la formación y las competencias logradas deben cumplir los requisitos y niveles establecidos por la Unión Europea (ver requisitos del Europsy). Todas estas negociaciones deberían quedar resueltas a finales de verano, ya que el gobierno dispone de un plazo de un año desde marzo de 2011 (momento en que fue aprobada la disposición adicional) para presentar un Proyecto de Ley con alguna decisión a este respecto.
Como vemos, aún queda un largo camino por recorrer, pero pese a las cuestiones burocráticas y legales, lo importante es que los psicólogos tengamos claro, de igual modo que parece tenerlo la población general (como muestran los resultados de las encuestas presentadas al principio), que la psicología es una profesión sanitaria y que nuestra labor profesional tiene mucho que aportar para la mejora del estado global de Salud y bienestar de las personas. Como establece la OMS, la salud no sólo se refiere a lo físico, sino también a lo psicológico y a lo social, y la Psicología, en tanto que se ocupa del comportamiento humano, no es ajena a estos aspectos.
Documentos Relacionados:
Breve resumen del recorrido por los hitos principales en el proceso de reconocimiento de la Psicología como profesión sanitaria desde el 2003 hasta la fecha. (Pichar aquí para ver el artículo de Infocop)
Europsy: Certificado Europeo de Psicología. Ver página web: http://www.europsy.cop.es/
Post Relacionados:
Me parece que el análisis del psicólogo como profesional sanitario, está tratado con rigor y sigue una exposición lógica aplastante a favor de la consideración de los psicólogos con formación específica como tales.
ResponderEliminar